viernes, 7 de septiembre de 2012

Mis Zapatos - Yo Novia 2004


Igual que tenía mi vestido soñado en mente y lo vi en una tienda, a juego con él, en mi cabeza siempre pensé en el tipo de zapatos que quería para mi boda:
Unas sandalias de tacón con una tirita floreada a la altura de los dedos, y otra tira sujetando el tobillo, sencillos pero bonitos y elegante ahhh y con super taconazo sobretodo por que mi marido es muy alto, y no quería verme como un tapon a su lado. Pero me dejé llevar por una serie de comentarios, que determinaron el atuendo de mis pies para el día de mi boda.

Los comentarios fueron los siguientes:

Mi suegra me preguntó una tarde, que en que tipo de zapatos había pensado, y cuando le conté cual era mi idea con respecto a los zapatos me dijo:

Este es más o menos el modelo de mis zapatos de Novia......
"¿Sandalias? Yo nunca he visto una novia con sandalias, que va, lo que quedaría bonito sería unos mules".
¿Y quien me iba a decir de después de recorrerme la ciudad entera en busca de zapatos, que al final iba acabar llevando el conjunto completo al gusto de mi suegra, vestido y zapatos?, Unos mules¡...

Pues eso, que como acabo de contar, me recorrí la ciudad completa en busca de mis zapatos de novia. En un comienzo los buscaba completamente blancos lo que yo pensaba que eran zapatos de novia vamos, pero eso cambió, cuando hablando por teléfono con una de las chicas de la tienda de novias me dijo:


"¿Blancos?  no no, para nada, los zapatos de novia deben ir a juego con el vestido, como el tuyo es color, Raso imperial.... y tatatá tatatá (no me acuerdo cuantas denominaciones más tiene mi vestido en cuanto a color pero eran varias, color, tipo etc...), los zapatos deben ser de color champán, eso es fundamental" me dijo, Nada que se puso de una forma tan pija y extrema hablando en plan soy una especialista, menos mal que estoy aquí para aconsejarte y así evitar que cometas un gran error, pues  pensé eso mismo,que claramente era una entendida y que no podía llevarle la contraria, de modo que muy a mi pesar tendría que usar zapatos color champán, de blancos nada de nada, aunque sin embargo bien que me endosó las medias blancas, que no iban a juego con nada de lo que llevaba pero según ella "Las medias de novia son blancas de todo la vida"... pues vale.

Eran de este color...
Lo que más me sorprendió  durante mi búsqueda de zapatos por allá el 2004, es que casi todo los que encontraba blancos o champán eran apenas de unos 6 centímetros, parecía que no existían los super taconazos de novia, todo el mundo decía "es que los zapatos de novia tienen que ser cómodos..." . Anda ya¡¡¡, Yo no quería estar cómoda el día de mi boda, el "Para estar guapa hay que sufrir", lo tenía grabado a fuego  desde niña, y please que el día de mi boda quería estar imponente costase lo que me costase, de hecho en mi primera prueba del vestido, como llevaba la ropa interior tipo corpiño o corsé y relleno para la zona de los senos, aunque el vestido era de mi talla, me quedaba un poco justo, muy aprisionado, por lo que no estaba nada cómoda y apenas podía subir los brazos, pero cuando la modista me preguntó que si quería que lo soltara, le respondí "No, no, está bien" cuanto más ajustado mejor, aunque no pueda respirar., pensé.
Tenían unos lazos como estos, aunque
yo me los até de diferente manera.
   Pero nada, al parecer  en los pies debía primar la comodez ante todo y todo el mundo, incluidas las dependientas de la tienda de novias decían lo mismo, aún cuando en una  de mis últimas pruebas, coincidí con una chica que se casaba con un vestido rosa y los zapatos más altos que había visto en toda  mi vida, ¿Acaso ella no debía estar cómoda también, como novia que era?, pues no señor, ella ahí tan ricamente con sus super taconazos, y las de la tienda  de novias animándola....anda que...

Yo encontré también unos super taconazos después de mucha búsqueda, pero eran blancos, así que con mucha pena tuve que descartarlos. Al final, en un boutique muy conocida del Casco Antiguo de la ciudad, encontré unos mules bastante monos, de seis centímetros, color champán, no era lo que había soñado, pero había buscado en todos sitios y estos eran los que más se acercaban a los requisitos "impuestos", así que los compré con la esperanza de por lo menos llevarlos al zapatero para que añadiera unos centímetros más, pero nada más lejos de la realidad, ante mi asombro y estupefacción, el zapatero se negó  en rotundo a tocar o como el diría destrozar unos zapatos nuevos, me imagino que para él, manipular unos zapatos a los que no les pasa nada, era casi casi como recetar medicamentos, u operar a un paciente sano. Hoy me pregunto por qué no insistí o por qué no pobré en otra tienda, pero claro, como era una zapatería con varios siglos de antigüedad, pensé que si no lo hacía él, no lo haría nadie. "Así están bien" apuntó, de modo que al final me quedé una vez más compuesta y sin zapatos o sin mis zapatos soñados. En la tienda de novias me apremiaban para que fuese a realizar una de las últimas  pruebas del vestido para medir los bajos, ya que el corte y dobladillo estaban sin hacer, a la espera de que yo encontrara unos zapatos que me satisfajeran más ,y dadas las fechas que ya apremiaban, tuve que sucumbir y casarme con esos mules color champán, de seis centímetros, que se ataban con un lazo tipo bailarina al tobillo.  Por lo menos al ser tan sencillos, luego de casarme y quitarles el lazo, les dí mucho uso la verdad, y a día de hoy ya no los tengo desde hace mucho....

2 comentarios:

  1. jajaja, madre mía... al final siempre te endosaban otra cosa... Siempre voy a recordar lo que pusiste en otra entrada de ir a mirar las cosas al principio sola, para que no traten de convencerte.

    A mí me gustaría llevar tacón, porque mi novio es bastante alto, pero la verdad es que no estoy para nada acostumbrada al tacón. Nada nada... Nunca llevo zapatos de tacón, así que sería horrible. Un poquito de altura vale, pero no mucha... =)

    Gracias por tus consejos!

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  2. jeje pues si hija, al final siempre me acababan endosando algo.

    si es verdad, lo tacones pueden cansar mucho y si una no esta acostumbrada pues más, pero vaya que a mí no me hubiese importado acabar con los pies hechos polvillo, menos en esa época, hoy 8 años después si que noto que me canso antes con tacones, pero aún así no renuncio a ellos , claro que luego al día siguiente uuff estoy muertísima de cansancio y me paso días llevando con zapatos planos ; ) jejeje

    Besicos guapa, Gracias por leerme ; )

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